domingo, 1 de agosto de 2010

La misma canción triste (Cronicas)


La misma canción triste.

By Insana.


Cielos, he desperdiciado mucho tiempo. Lo admito.

La verdad he estado sumido en una especie de viaje astral causado por la inesperada muerte de un amigo mío. Pero no es una excusa muy propia de mí. Los muertos con los muertos y los vivos con los vivos. El recuerdo… es solo un recuerdo. Pero el viaje astral en el que he estado inmerso consistía en una serie de remembranzas de juicio sobre lo que he hecho en mi vida. ¿Dónde he estado? ¿Qué he hecho? ¿he amado lo suficiente y odiado lo suficiente también? No… todo ha ido mal.

Recuerdo hace muchos años, cuando tenía entonces mucha filosofía y poca matemática, no era nada calculador a la hora de actuar. Me entregaba a mis pasiones como un drogadicto se entrega a la Diosa Madre del Crack y sus tetas jugosas. Ahí estaba yo… inocencia en mano izquierda y corazón en la derecha, diciéndole: “haz con esto lo que quieras, chángatelo si eso te hace feliz… pero no me dejes”.

¿Cuántas veces me he fallado? Me he defraudado a mi mismo, a mi orgullo, a mi ser, a mi humanidad. El resultado es que ahora intento escribir algo alegre y me salen puras mierdas. ¿Algún día me cansare de escuchar la misma canción triste?

Estoy sumido. No puedo abrir los ojos y me falta el aire. Todo esta apunto de terminar, tomo calma. Pero mi madre siempre me habla en el momento preciso y me dice que es hora de ir a la escuela. Debo despertar. Debo despertar… solo debo…

Nunca me atreví a penetrar mi carne. Nunca tuve el valor. Siempre veía mi rostro reflejado en la hoja del cuchillo, junto a mis venas, y mi reflejo me decía desesperado que no lo hiciera, ¿acaso le tenia compasión?

De nuevo pienso en Nelson. Ya han pasado tres meses desde su partida. Pero sigo teniendo pesadillas con su rostro en esa camilla. Sigue visitándome en sueños y me toma de la muñeca, me quema. Ahora me pregunto… ¿Por qué me lastimas?

He dejado mis labores. He dejado de escribir por estos tres meses. Me he alejado de los que amo. He temido demasiado. Otro amigo más ha muerto, de la misma forma que murió Nelson. Y otro amigo más se nos esta yendo también. Esta semana ha sido de completa reflexión. Si bajo mi piel corre la muerte, no quiero que me atrape sin que hubiera hecho todo lo que tengo planeado hacer, y que por decidía, una y otra vez he postergado, seguro de que viviría cientos de años para hacerlo (¿Por eso me lastimas?). Quiero publicar un libro, o tal vez miles de libros. Quiero aprender a tocar bien la guitarra y el piano, y escribir muchas canciones. Quiero aprender a cantar. Quiero diseñar muchas cosas, y construir muchas cosas más. Quiero amar y ser amado como en los cuentos clásicos. Quiero hacer el amor y entrelazarme en una sola piel con alguien. Quiero ir a dormir un día y ver el cielo por última vez, y en las estrellas ver el camino reflejado, claro como un mapa, diciéndome que es hora de partir. Y quiero que al despertar no sienta nada, no vea nada, no huela nada, no palpite nada dentro de mí. Quiero irme en paz, sin guerras ni resentimientos, y nunca mas volver a hablar de la muerte.

jueves, 1 de julio de 2010

Vuelve. (Cartas)

Vuelve
By Insana.
Me intrigas. Me vuelves subversivo con tu forma de pensar. Todo el día estoy pensando en que tontería inventaras. Me excitas, y a veces me deprimes también.

Una vez te vi rasurándote después de tener sexo. Dejaste la puerta del baño entreabierta y veía tu perfil mirando fijamente al espejo. Tan masculino. Tan como me gustas. Y de pronto te llevaste la navaja al cuello y yo me quedé sin respirar un segundo… pensando,
asustado, incapaz de moverme… y después de una eternidad volviste al rasurado.

¿Cuántas veces te he asesinado? Me lo has pedido muchas veces, y ninguna he accedido. He matado a mil personas sin siquiera reparar en su mirada suplicante (Soy una medusa, ¿recuerdas?), pero a ti nunca he podido apuntarte. Solo he podido besarte y abordarte con mi cuerpo, embestirte mientras te lo hago es lo más agresivo que te he hecho, y aun así me siento mal.

Y así tan listo, buscas que te mate. Me retas a hacerlo. Te vas con otros y vuelves. Me volteas la cara. No contestas mis llamadas. Te ríes de mi arte, y de mis cartas también (seguro te estas riendo de esta). Y cuando ves que no cedo, vuelves de nuevo. Te quitas la ropa, me muerdes el cuello y después del sexo me invitas a dormir, a soñar, a entrelazarnos en la soledad de nuestras profundas mentes, cubiertos solo por el pétalo de una sabana fría.

Anoche, antes de que te fueras y dejaras la puerta abierta, soñé que Dios existía y que me decía que mi labor era amarte. Y tú sabes lo que eso significa. Para Dios amar es morir. ¿Debo morir por ti?, ¿debo dejar que el único dogma de la vida descienda sobre mi? ¿por ti? ¿por fin?
Vuelve amor. Te extraño.

lunes, 11 de enero de 2010

Tornillo (Cuentos)

Tornillo
By Insana.
Caminé sin mirar atrás, conciente de que alguien me seguía, pero al mismo tiempo, conciente de que esos pasos eran mi conciencia. Huí de ella, corrí más recio, hasta que casi deje de escucharla. Después me puse una venda en los ojos y le ordené a mi cerebro que olvidara la esencia de todas las cosas. Ya no sabía nada. Ya no sabía como era el color verde, como era un círculo, como era el frío o el calor. Continué caminando, adentrándome mas entre un laberinto de calles impenetrables, a las que solo tenia que ordenarles "abran paso" y me decían por donde debía continuar. Y escuché que alguien se reía de mí, pero una vez mas, era mi conciencia que me había alcanzado. "¿Donde estas?", me preguntó, "¿a donde vas?, ¿como has llegado aquí?". No supe contestar, no tenia la respuesta. Abrí la boca para decir algo pero solo emití un sonido bobo, pues había olvidado como hablar. Entonces me volví un poco y mi cuerpo aun sensible se fue hacia atrás, me golpeé la cabeza contra el suelo y vi un resplandor fatal, que desintegro la venda que me había cubierto los ojos... no, no los ojos, si no todos los sentidos. Escuché el trafico, escuché que unas señoras hablaban cerca de mi, escuché a un niño que lloraba, a un perro que ladraba. Abrí los ojos para verlos, estaban alrededor de mi, me apuntaban, y algunos hasta me veían con cara preocupada.

-¿Se encuentra bien, joven? -me preguntó una chica de aspecto noble, pero cuando quise contestar, volvió a salir de nuevo ese sonido bobo de mi boca. La chica retrocedió.

-Déjalo, Marietta -le dijo un chico-, esta loco.

Esta loco. Esta loco. Esta loco. Esta loco. Esta loco. Esta loco.
La frase se multiplicó en mi cabeza mil veces. Miré al suelo y vi mis pies, con las uñas largas como pezuñas, con mugre acumulada. Seguí el rastro de la suciedad hasta llegar a mis rodillas, que estaban negras. Me topé mas arriba con un taparrabos, o eso parecía el short de mezclilla jiriolo que llevaba puesto. También llevaba una camisa grasosa y rota. Levanté las manos ante mis ojos y vi que parecían una maraña de garabateos de pluma sobre papel. Me toqué el rostro, o más bien, la calavera fría que era mi cabeza. Y mi cabello era un trapo arremangado de mugre, tierra y cabello entrelazados. Quise hablar pero... no podía, siempre emitía ese sonido bobo sin cesar. Comprendí que lloraba porque me ardían las lágrimas en el rostro. Cuando mi visión se volvió borrosa y los de alrededor también, vi a alguien parado frente a mi, impasible y tranquilo. Me limpié los ojos y vi de quien se trataba: Era yo. Bueno... era el yo joven, guapo y arreglado.

-¿Que me ha pasado? -le pregunté, pero él no respondió. Una señora a un lado de mí le murmuró:

-Válgame Dios, ya esta hablando solo.

Nadie veía a mi yo joven, excepto yo mismo. Nadie vio que levantaba la mano y me enseñaba algo, una cosa diminuta que yo miré con ojos desorbitados.

-¿Necesitas esto? -me preguntó mi yo joven, y me enseñó el tornillo que sostenía en la mano-, se te ha perdido.

-¡Dámelo! -grité de pronto, desesperado.

-Aunque te lo diera -me dije yo mismo-, de nada serviría, nunca sabrías como colocártelo de nuevo en el cerebro.

Me lancé sobre mí y me agarré del cuello violentamente, mientras yo levantaba la mano para alejar de mí el tornillo. Las señoras comenzaron a gritar, pero ninguna hizo nada más. Algunos niños reían. La chica noble les rogaba que dejaran de burlarse de mí. Yo, mientras tanto, seguía estrangulándome, mirando mi mano levantada con ojos de deseo desesperado. Entonces miré hacia un lado, y en una de las tiendillas que me rodeaban, había un espejo, y vi en el que tenia las manos extendidas y que ahorcaba al viento. Cuando me volví para mirarme entre mis manos, ya no había nada, había desaparecido con todo y tornillo. Me eché a llorar hecho un ovillo en el suelo. ¿Que me ha pasado? ¿que es todo esto?, me pregunté, pero no supe que contestar.
De pronto, la chica noble se me acercó y me extendió algo blanco:

-Tenga joven, se le ha caído esto -dijo ella, y me entregó una venda blanca. Empecé a reír con júbilo, aunque no sabia porque esa venda me animaba tanto. Sin miramientos me la volví a poner y entonces todo volvió a la calma. No sabía nada. No sabía como era el color rojo, ni como era un cuadrado, ni como se sentía una ráfaga de viento. Una vocecilla me hablo al oído, pero antes de que dijera algo más, le espeté:

-Ya déjame en paz, no te necesito, ¡me enloqueces!

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un año sin Amor (Comentarios)

Un año sin Amor.

By Insana.


“No quiero escribir, me obligo.”

Pocas películas han reverberado mis más profundos y macabros pensamientos. Una de ellas, sin duda alguna es “Un año sin amor”.

Vivo preguntando cual es el motivo de la vida, si hay una muerte. Hace poco, de hecho, le aseguraba a uno de mis amigos que no debíamos llorar por la muerte (específicamente por la muerte de una persona cercana a nosotros), que no debíamos llorar por lo que era inevitable. Tal vez no debí decirle eso, porque llorar es algo natural en el humano, es una forma de convertir el intenso sentimiento de dolor incrustado en nuestro interior, una forma de convertirlo en liquido y expulsarlo por los ojos (aunque otros mas lo expulsan cortándose la piel). Debía decirle que no debíamos temerle a la muerte. La inevitable muerte. Esa, que como dicen por ahí, esta tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja para que intentemos esquivarla. Siempre nos derrota, y casi podría jurar que escuchamos su risita burlona en el último momento.

“Un año sin amor” me hizo darme cuenta que siempre estoy pensando en la muerte. Cada mañana, sin excepción alguna, abro los ojos y me digo: “aun sigo vivo… ¿moriré este día?”.

Este día escribo pensando: “otro año vivo, ¿moriré el que sigue?”. No puedo evitarlo, así soy. Soy demasiado trágico, demasiado extremista. La conmoción llega a mi por los sucesos mas insignificantes, pero siempre me recuerdan que moriré.

Si pudiera saber cuando voy a morir, ¿Qué haría?, ¿correría?, ¿lloraría?, ¿me masturbaría?, ¿me reiría?, ¿temblaría?, ¿pensaría?, ¿lo negaría?, ¿lucharía?, ¿me resignaría?, ¿lo evitaría?... ¿moriría de la impresión?

Otro año sin amor.
Sin embargo, la muerte no es mi mas grande miedo, todo lo contrario, es mi mas grande anhelo. Mi más grande meta. Mi más grande sueño. “In my dreams I`m dying all the time…” El temblor de mis manos no es por miedo, es por ansia, como cuando te subes a un juego mecánico y esperas un largo rato a que encienda el motor y te arroje al aire. ¿Qué es la vida si no un gran juego mecánico?

["Un Año sin Amor", dirigida por Anahí Berneri. Argentina, año 2005. Actuaciones de: Juan Minujín, Mimí Ardú, Carlos Echevarría, Javier van der Couter, Osmar Núñez, Ricardo Merkin, Carlos Portaluppi, Bárbara Lombardo, Ricardo Moriello, y Juan Carlos Ricci]

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Nelson. (Cartas)

Querido Nelson.
By Insana.

Entraste aquí el 24 de Noviembre, y hoy ya es 28. En mi vida entraste hace siglos, y hoy ya es 28.

28 de Noviembre.

Verte aquí me deja ciego. Tu mirada ya no es la misma, aunque no es necesariamente peor, o mala. De hecho, puedo ver en ella todo un dejo de inocencia. Inocencia Nelson, eso es lo que nos falta a muchos de nosotros, de los que están allá afuera, aun en el lumbral de la jovialidad, incluido al mas viejo. Quien fuera tú Nelson, para ver el mundo como lo estas mirando en estos momentos, muy probablemente, tus últimos momentos. Quien fuera tú para ver una sonrisa, donde hay un gesto de asco. Quien fuera tú para sentir una caricia, donde hay un estrujón para someterte en la camilla. Quien fuera tú para escuchar una melodia, donde solo hay llanto.

Antes me gritabas: “Humberto, que milagro que te dejas ver”, y hoy solo gritas: “Karla ya¡”. Karla. Karla. Karla. ¿Quién será Karla?, yo se bien que es tu hermana, pero, me pregunto, ¿Quién será la Karla que protagoniza tus fantasías?, ¿Qué esta haciendo?, ¿le gritas que se detenga, o que haga algo inmediatamente?, seria: “Karla, ya arroja la pelota¡”, ó “Karla ya no me lastimes”. ¿Karla es la enfermera, ó es como llamas a tu medicina?... ¿Karla es un ángel?

Ya te has quedado muy quieto, por fin has podido dormir. Agradesco eso porque me estabas lastimando la mano cada vez que te querias levantar. Y este es el momento en el que me pongo a llorar. Lloro despacito, lo mas bajito que puedo, pues no te quiero despertar. Cuando lloro, soy una persona muy extraña, porque con las lagrimas en mis ojos veo prismas por todos lados, y empiezo a ver el mundo de una manera… llámale poética, o repugnante. Y veo en ti a un ave herida, un ave sometida por vendas a una camilla de metal, y cada vez que intentas escapar, se te quiebra un huesito mas, y uno mas, y uno mas. ¿Cuántos huesos te quedan?

Pero esto va a pasar. Para ti, para mí, y para todos los protagonistas de esta historia. Si te vas, lloraremos mucho, sin duda, pero un día dejaremos de llorar. Así somos los humanos, Nelson, somos células que crecen, que avanzan, organismos que curan, que sanan y continúan. Al igual que los humanos, las células caminan sobre nuestros cuerpos, como los humanos lo hacen sobre las ciudades. Tal vez también tengan jerarquías, algunas sean licenciadas, otras simples ciudadanas de la anatomía corporal. Y al igual que los humanos mueren, ellas también lo hacen. Y cuando una célula muere, es cuando decimos que sentimos un dolorcito en el pecho, justo como siento yo ahorita. Pero al igual que los humanos recogen y entierran a sus muertos, las células también lo harán. Y entonces el dolor desaparecerá.

Si te vas Nelson, si hay algún camino que tengas que seguir, corre muy recio, empuja a todos y no dejes que nadie se te atraviese, se el primero en llegar. Hazlo porque si no, cuando yo este en ese camino ni me lo pensaré y te dejare atrás.

Con amor, tu amigo.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Jugador de Fut Bol (Sueños)

Jugador de Fut bol
By Insana.
Estabamos en un dia de campo hermoso, en unos pastisales gigantescos, donde se podia ver a sus orillas unas casitas campiranas, pero mezcladas con unas bodegas como de fabricas, con los techos en zig zag. Estabamos muy cerca del cerro de La Huastecta, que estaba increiblemente verde y con el sol brillante relucia mas. Era un dia hermoso y yo me senté de espaldas al cerro, para despues acostarme, y en eso voy viendo sobre mi cabeza hacia el cerro, unas hermosas nubes que empezaban a trotar como borregos por las puntas del cerro, como si calleran hacia nosotros. Entonces dije:

-Yo voy a sacar muy buenas fotografias de esto -y tenia la camara en mis manos, dispuesto a tomar fotografias. Pero de pronto vi las nubes y de cerca me di cuenta que no eran nubes, si no cosas. Cosas tales como casas, carros, bicicletas, y tambien habia una vaca, pero eran miles de cosas callendo del cielo hacia las casitas y bodegas de fabricas que estaban rodeando el campamento, y entonces habia mucha gente mirando hacia el cielo alrededor de mi, como expectadores asombrados de un eclipse, y todos apuntaban hacia el cielo impresionados. Las cosas calleron sobre los techos de las casas y bodegas y los atravesaron como su fueran fantasmas, y se quedaron atrapados en su interior. Todos corrimos para ver por las ventanas de las casas y las bodegas, y de pronto una de esas casas era la casa de mi abuelita J.G.R. y la tenia con candado, dos grandes muebles habian caido en su interior y se podian ver por la ventana. Yo y dos amigos (uno era C.H.) nos asomabamos para verlos, pero no se podia ver muy bien. Yo le hablaba a mi abuelita que nos abriera pero ella no estaba. De pronto llego por atras de nosotros y sin hablarme ni decirme nada, como los fantasmas de las peliculas japonesas, con los mismos movimientos y silencio, abrió la puerta y se metió, y la dejo abierta, supongo que para que nos metieramos nosotros. Mi abuelita se perdió en el pasillo y ya no apareció mas. Nos metimos pero entonces ya no era la casa de mi abuelita, era mi casa, y mi mama estaba en la cocina haciendo de comer. Yo y mis amigos nos acercamos a los muebles y los vimos de cerca: eran de madera extraña, muy dura (en el sueño sabia esas cosas) y llena de un moho oscuro y penetrante. Era como que unas cajoneras, pero adecuadas para una especie de manos no humanas, y mis amigos dijeron:

-No son muebles hechos por humanos, mira los cajones, solo una mano en forma de tentaculo puede abrirlas.

Yo me puse a pensar, y deduje que no eran de este mundo, que otros seres nos las habian tirado. Y mi amigo me dijo:

-¿Y quien se creen para tirarnos su basura?

-Nosotros le tiramos desechos toxicos diariamente a los peces, y ellos no se quejan -le contesté yo. Entonces empezó a llover y nos acercamos a la ventana y a la puerta para ver la lluvia, y vimos que era una lluvia amarilla y olorosa, que derretia los árboles de afuera de mi casa. Mi mama salió de la cocina y se puso a un lado de mi a ver la lluvia, y vi su cara de preocupación.
-Ven hijo, hay algo muy importante que tengo que enseñarte. Voy a enseñarte como contratar a un jugador de fut bol.

Mi mama me llevó al sotano y yo me acosté boca abajo en una camilla, mientras ella buscaba algo en unas cajas. Yo me quedé dormido de pronto, y dentro de mi sueño soñé que el mundo se acababa, con terremotos y huracanes y toda la cosa, y veia un lugar donde todo quedaba intacto. Cuando abrí los ojos, mi mama estaba llorando. Yo le pregunté:

-¿Porque lloras mami? ¿tienes miedo? ¿tienes miedo porque ya se va a acabar el mundo?

-No mijo, es que tengo que enseñarte como contratar a un jugador de futbol.

-¿Para que quiero saber como contratar a un jugador de fut bol?

-Es que es muy importante, tienes que saber como contratar a un jugadorde fut bol.
···
Wake up: [Soñado en la fecha 9.Noviembre.09] Creo que este sueño habla unicamente de la valiosidad de las enseñanzas de mi madre. Cada cosas que ella me dice y la pequeña lección que me dejan. Cada acción que ella hace y lo que me enseñan. Es todo lo que se, lo que me deja este sueño.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

El Precio de la Verdad (Comenarios)

Nota de Insana: He creado esta nueva sección en mi blog a la que decidí titular como “Comentarios”, obviamente míos, por supuesto. En esta sección haré algunos comentarios sobre películas, videos, libros, arte, bla bla, lo que se me atraviese. Pero ojo, como la sección lo denomina, no son críticas, son solo comentarios. No me gusta criticar, tengo mejores cosas que hacer. Pero me gusta mucho platicar sobre todos los temas posibles, escuchar y diferir en todos los puntos de vista, pero solo eso. Así que… aquí vamos.
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El Precio de la Verdad
By Insana

Esta película salió hace aproximadamente hace seis años, pero yo la acabo de ver, jajaja. Creo que mi ambición por conocer nuevos personajes a los que admirar va creciendo con el paso del tiempo.

El protagonista de esta historia es Shephen Glass, un exitoso y prematuro redactor de la prestigiosa revista política The New Republic. Este joven se gana el aprecio de sus compañeros a través de un carisma impresionante, tierno y embelesador. Una mente simple puede enamorarse fácilmente de él. Otras mentes más escabrosas y analizadoras podrían poner en tela de juicio su forma de mirar, tartamudear o caminar. Bueno, pues resulta que este nene Glass es un chico con una impresionante imaginación, sumándole además su extraordinaria cualidad por el orden, y su entrega total a la fantasía, nos da como resultado un personaje que puede verse de dos formas, o muy macabro, o muy artístico. Yo lo vi con ambos rostros. Cuando Glass es descubierto en todas sus mentiras, porque sus reportajes eran totalmente inventados… es decir, se inventó nombres de personas, se inventó personas, se inventó empresas, se inventó voces, se inventó conferencias, se inventó entrevistas, se inventó una serie de sucesos conectados como eslabones que al final, por la sobrecarga de mentiras tenían que deslindarse bruscamente. Solo hacia falta una mirada astuta, una persona que no se dejara deslumbrar por su eficiente simpatía. Esta persona fue nada más y nada menos que Chuck Lane, el nuevo editor de la revista, y a quien Glass intenta ganarse inmediatamente. Bueno, le sale el tiro por la culata. Creo que Glass lo único que quería era amor, jajaja. El no quería perder a sus amigos, la gente que creía en él. Por eso es triste.

Me pregunto cuantas personas como Glass no estarán ahí afuera. Yo puedo nombrar a más de uno, pero no me parece caballeroso de mi parte. Y yo soy un caballero. Pero hay un autor que me gusta mucho y que sin duda es un buen ejemplo, Arthur Golden, el autor de Memorias de una Geisha. Cuando empiezas a leer el libro dices: “increíble, como esta mujer paso tantas cosas”. Arthur hace referencias a momentos históricos verdaderos, menciona a uno que otro personaje verdadero, y adecua de una manera impresionante las fechas de su historia. La protagonista del libro constantemente hace comentarios sobre cosas reales, sobre… “en ese tiempo los americanos llegaban a montones…”, ó “pero en Japón estas cosas no suelen suceder muy a menudo”, o mi favorita: “En una ocasión un amigo mío me envió un reportaje de una revista americana muy famosa en la que se mencionaba a las diez Geishas mas famosas de Gión, y yo aparecía entre ellas…”. Te vas adentrando tanto en la historia que de pronto te imaginas visitando a esas criaturas, te imaginas visitando esos lugares, te imaginas admirando esas danzas, esos cerezos… pero, al llegar a las ultimas paginas, te encuentras con la increíble nota del autor, aclarando que toda la historia es completamente ficción, que ningún personaje existió y que nada de eso sucedió realmente. Y entonces, como si lo vieras en una ilusión, esa mascara blanca con pupilas azules se desvanece como el humo. No era real.

Glass hizo que me hiciera una pregunta muy profunda sobre la escritura, ¿Cuál es la verdadera labor de un escritor?... la gente lee las historias porque le gustan, quizás porque es su manera de ver el mundo. Lee sobre vampiros (de Anne Rice, por supuesto) porque espera que en algún momento de su vida se le atraviese uno y le haga el amor. Lee sobre magos porque espera que en algún momento llegue uno a por el y se lo lleve a estudiar a una escuela de hechiceros fantástica. Lee sobre policías y ladrones porque espera algún día tener un caso increíble en las manos. Lee sobre amor porque... creo que es obvio. ¿Qué es lo que hacia Glass, entonces, si a la gente le gustaban sus historias, si a la gente le encantaba leerle? Mentir. Mentir… y mentir. Sus historias eran una mentira, pero… ¿eso importa?, la gente se miente todos los días de una u otra manera. ¿Glass era una mala persona?... creo que solo era un artista. Un artista que daba miedo, claro.

La película aclara que esta basada en una historia real, que Glass ahora radica en Nueva York y que ejerce la labor de abogado, pero… ¿Quién lo sabe realmente?

[Shattered Glass, dirigída por Billy Ray. Con las actuaciones de: Hayden Christensen, Peter Sarsgaard, Chloe Sevign, Steve Zahn. Año 2003]